viernes, 17 de diciembre de 2010

La terminal


La terminal (sin Catherine Zeta Jones)



A veces y solo a veces la vida común en todos sus días nos privilegia con una maraña continua de recuerdos, con una brillante media noche llena de escenas tremebundas, de monstruos abortados habitantes extraños de las sombras olvidadas de aquellas zonas de carga, de espectros informes, sobras de alimentos de sangre incluso para los más extraños. Las caras siempre extrañas tardando en disimular el acecho, el hambre siempre pasajera de mala gana en los viajantes a deshora, en esa terminal que desde ahora ya no será otra cosa que el refugio retorcido de todos aquellos que aquella noche estaban perdidos, un instante en esta vida, todas las noches que les restan de agonia.



¿Yo?, Salía del hospital; allá resguardado del dolor, escudado tras los vidrios de lo objetivo, con la única dificultad de diagnosticar las miradas de casi una niña de colegio que le tocaba siempre hacer sus prácticas en mis turnos, y disimular el tedio que el coqueteo de una interna pueril me daba. Yo tonto y necio, sabiendo el riesgo, me marcho al terminal cerca de la una de la mañana. Allá como entrando a un lugar como de esas películas ambientadas en Somalia, muerto todo pero nada en calma, me tocó esperar tres largas horas, extrañas y deshechas… Ebrios dormidos y otros ebrios por un sueño fugitivo y escurridizo, liviano como el peso de la noche que le alcanza a uno en un lugar sin cara. Cosas como caras que no hallo relación medica salvo con las muecas que deja la desgracia; pies arrastrados jalando el peso que va sonando como el recuerdo de haber probado algún momento antes algún solvente, droga que es camino rápido para ser demente, y que atrofia el cerebro tan rápido como atrofia alguna minúscula alegría que esas vidas han de saber perder las mañanas negras de esos días.


Al otro lado del pasillo un bermejo carpintero llevaba sus herramientas y cargaba el peso de una conversación con uno de esos profesionales que visten casuales, sin la reprimenda cruel que debe ser estar obligado a llevar terno en esos lugares, seguro era un arquitecto o ingeniero.


Un muchacho alto moreno y costeño leyendo guardaba las distancias de las gordas de risas fofas como sus carnes, de sus maridos tontos y torpes que se alegraban y hacían muecas como risas de solo cortar el sueño con un golpe a sus esposas.



En la sala de espera una tribu de mochileros repartidos entre el sueño en el suelo arropados con los brazos de su pareja y cobijas de lana y otros sentados esperando el tiempo que tanto han sabido perder para salir a algún lado, con los pelos largos y zapatos de planta calvos, maromeros o lectores madrugadores de un texto de conocimiento alternativo, de esos que leen con atención como si fuera el pilar nativo para su propia vida… y a esos yo los creía lejanos de la tristeza… como con los ojos siempre en el horizonte buscando el fin de esta vida que es un sueño enorme, bebiendo a duras penas o drogándose duro sin pena…. pero no, ahí donde estaban no había privacidad, y una, la más atrasada, torcía la cara, había aprendido a esconderse en los lugares donde nadie busca, había aprendió a abstraerse de su compañeros que están siempre a su lado y la ofuscan, se había escondido aun cuando estaban a lado y la abrazaban, ella, dejaba caer una lagrima, estaba callada y sin embargo lloraba, callada y con un dolor en el alma que desde mi distancia se le notaba, que pena, incluso los que trotan lejos del sufrimiento son alcanzados por las lágrimas; ¿coincidencia que yo estuviese cerca?, o todos nos parecemos en algo en el alma. Viejos, feos, extraños, humanos.

Welcome back irises


Escribo esto desde la soledad de la universidad, donde todos pasan y nadie se queda; donde el anonimato resta importancia a la extrañeza, donde los poemas mueren y acuden miradas extrañas; antes era ateo, digo era porque creo que "eso" es cuestion de motivos, digo esto porque las razones y la lógica en toda la vida salen sobrando, y ahora solo ando motivando razones para la esperanza....

Digo solo porque todos me han rodeado, digo apesumbrado porque nada he logrado.

La tregua de Benedetti fue solo eso: un libro con el titulo de tregua; yo no quise una tregua, quería una sangrienta batalla, una desenfrenada y enajenada guerra a tu cuerpo, a tu entero ser.

Ahora, despues del libro, de las horas de vicios, de tratar de olvidar viejos crímenes con otros nuevos me ecnuentro peor que al principio: con tu recuerdo de siempre y yo de nuevo al borde del precipicio.

Hoy no me restan figuras poéticas, no estoy para princesas ni para dragones de un cuento; hoy no te he visto pero te siento simpre presente, y hoy he vuelto a clases despues de perderme durante un invierno, hoy desmenti que habia muerto...

Que estupidez la feniletilamina, la oxitocina y la estefania....

martes, 19 de octubre de 2010

rian de rian



SILENTIUM











Incendiario siniestro
Convento abandonado,
Campo batallado;
Cementerio etéreo y
Silencio encumbrado.

En silencio, y en silencio
Esta mi cuarto.
Salvo el tintineante e incesante
Que repite incansable
Mi mente; recuerda titilante
Mientras duerme lejana e inerte;
Un recuerdo siempre extraño y siniestro
Como un funesto engaño;
Como un sueño; como un sueño.

Como un sueño un eco
Se empeña contra los muros;
Remolina como un engendro
En el oscuro aposento;
Sin bordes sin cuerpo
Sin un cuadro o un contorno;
Salvo el negro y tremendo
Infierno, siniestro y extraño
Como el más terrible sueño

Y acude al encuentro
Un recuerdo y mi silencio
Engañando va cantando
Un sueño ajeno
Sin tormento.
Ah! Pero es mi amada
Que regresa a su casa
Y revisa mientras pasa
Paso a paso
Si el silencio se mantiene
Perenne e indemne.

Callado más que en silencio
Mi cuarto y su sueño repiten: un muerto.

Ha muerto, y solo el silencio rinde tributo
Ha dicho ha muerto, y me encierra brusco
Un salto y susto desde el sueño de cama.

Pesado como el plomo, he sentido tu abandono;
Perdido y solo, he dormido en silencio.
Más me despierto callado
Para presentir
La noche de mañana, otra vez
Y sin calma
El Silencio de tu abandono.

El olvido a medio tono


La causa de que un hombre quiera a muchas mujeres es siempre una sola mujer.
La forma más terrible de conocerse
es mediante la honestidad que en
la soledad suelen susurrar las copas

No soy precisamente un tipo que embellezca el día por su buena apariencia, pero de que atraigo miradas lo hago, tanto que es incómodo, digo molesto porque hay un neo-greco que no disimula conmigo sus orientaciones, de eso ya hablé antes, además le soy fiel al guambra loco…

Pero no es eso lo que venía hoy a confesar, he tenido encuentros carnales satisfactoriamente numerosos y satisfactoriamente maravillosos, tanto que me he vuelto misógino, y hablo sin tapujos de sexo cuando quiero y donde quiero, claro siempre un poco recatado donde sea debido, no vaya a ser como a un amigo que le dicen Gregorio el morio (por moria); pero de que tengo tengo, tengo a chicas bonitas, es mi debilidad, y tengo a peluconas, que son mi talón, porque a mí de pelucón ya no me queda nada, tanto ya no tengo nada que incluso me he afeitado todo todo, y de pelucón ya no tengo nada y eso extraño. Pero lo que no extraño son mis días de tímido niño que nunca ha metido, y por eso me sorprendió que a mí se me insinuaran tan pero tan abiertamente niñas bonitas y peluconas, que engañándome, sabiendo el desenlace, me lancé a olvidar, a mi águila, la que me corroe las noches enteras, a mi silfo, que como hoy entre el éter de la ebriedad parecía una sombra fantasmal, de la que ya no me alzaré nunca más……

Y hay una costeña que me encanta, y una preciosa de primer año que transpira sensualidad, y una gata que ya siente el irrefrenable interés por este indefinible tipo que no tiene nada interesante, y otra que del brazo de su nuevísimo novio con la picara mirada que solo las mujeres tienen me sigue diciendo me gustas, pero a mí esto ya no me está gustando…

Porque que dolorosas fueron las bromas burlonas de mis amigos cuando la seguí con la mirada sin disimular cuanto aún me encantaba, cuanto aún le trastornaba a ese mismo tipo que momentos antes en el bar y en lunes (no tuve clases) exponía entre caballeros sus mas bizarras cabalgatas, casi con desdén, como diciendo este es el edén que uno mismo se crea a fuerza del pecado…. Y así la causa de que yo este cada vez más vacio es que sigo buscando entre las espaldas la tersura de la piel de solo una…. Y así estoy pasando de ser un nihilista a un cínico que está a punto de subastar su alma, si es que aún me queda...

PD: (al que corresponde) the party orgy has been refused. I was drunk that day and I said stupid things. Sorry mate.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Como es que te recuerdo



(Y lo que intento para no hacerlo)


Déjame atormentarte con un recuerdo; percibe por un instante después de que la mente haya viajado en silencio en el tiempo ese momento en que vuelves al cuerpo, al olvidado viajero de un cuento, al que permanece estático mientras rescatas un vago sentimiento. Una pasión abandonada y una tormenta ya innecesaria.

Y tengo un sinnúmero de recuerdos viejos. Una lluvia de viejos enemigos muertos. Unos días que ya no atienden al tiempo, que se lanzan a secuestrar todo momento en que ya no siento, ni tu piel ni tu aliento que rescatan el amor en mi cuerpo.
Déjame que recuerde las treguas de entre los días que se pierden, esos días en que pareces estar siempre presente, que sonreíste y miraste y fuiste los minutos alegres que ahora son tristes.

Y déjame evocar sin soñar tu entera fisonomía y la completa armonía de tu cuerpo y su aroma.

Y quisiera prolongar tan solo un momento más la melodía estática de un instante de tu vida. Pero solo déjame tenerte entre el vaivén del adiós cobrando fuerza. Antes de encontrarme con el olvido. Con el infalible despido del opio. Con la iracunda miseria del amor próximo a ser perdido.

¡Y cómo te recuerdo! nítida como ensueño, pasajera como el viento, pesada como el acero, con tus labios entre el humo del cigarro, con tu cuerpo siempre rondando los retorcidos caminos en que busco el olvido; ni los vicios acuden a desterrarte de mi mente, que insistente me repite como cura: ¡la muerte, la muerte!

Pero parece que desisto del intento, que desconfío de la muerte, mi mano pierde su poder sobre mi veneno que lento se pierde, lejos, lejos en el suelo, dejando un rastro blanco sobre un fondo negro y siniestro como el más terrible infierno, que también se disipa y de entre lo oscuro y el humo nacen tus cabellos, tus ojos negros tu piel blanca, ¡y peor aún solo estoy inmóvil ante un fantasma!

Inmóvil, voy cercano a esa recompensa que es la paz del olvido en el sitio donde no puedo negar tu mirada: los sueños, que ya solo serán por el opio dormidos. Ahí desde donde te invocaste sola, rescatándote sin que yo lo quisiera, ahí voy a perder las horas que serían las más próximas a la muerte, aún así, es necesaria la muerte: tu muerte. La vida mía, la muerta, es necesario que siga viva.

Pero no pude olvidarte, ¿la prueba?, te recuerdo y recuerdo el cuarto negro, en infalible silencio con el sueño, lo que no recuerdo son solo los ojos que ya no son mi cielo. Este es el invariable camino para perder el alma, tú alma y la mía. Para esto debo continuar una cadena de piedras sobre el mar de cristal…

jueves, 26 de agosto de 2010

El camino del recuerdo.

Ahora su cabello es radiante,
Y su bella pierna delicia sincera,
Candente deseo hiriente entre sus piernas;
La mañana quemo un sueño de oro en su cabello,
Y el deseo intenso de más sereno sentimiento
Muere en el seno del desenfreno….
(A una rubia preciosa hasta en los más sutiles encantos)…. y desencantos.


Secretos de una mente desaliñada………
O dolores gracias al olvido

Hoy me desperté, porque no es igual que levantarse, con el recuerdo de alguien tan diametralmente opuesto a mí, que cuando la reconocí luego de una primera anterior larga conversación extraña entre dos recién conocidos al instante, supe que no saldría de mi nuevo……….
La conocí de noche en un bus de regreso a mi casa de la u, en ese día recibí noticias nefastas, tan duras, irónicas y que me contrariaban entero por el próximo año, estaba mirando por la ventana seguramente notablemente rabioso, por lo que cuando alguien me preguntó si me encontraba bien me sorprendió pues no noté que nadie se sentara a mi lado, con ese típico alter ego que tiende a tomar fuerza en mi empecé a analizarla, no diré lo que descubrí o sospeché, pero si lo que observe atentamente; es verdad……. “observar atentamente es recordar distintamente”…….. era delgada y presumiblemente alta, un gabán morado de calidad con capucha y flecos color crema, un tablero de dibujo de arquitectura dentro de su funda de tela delgada y con un grabado rojo en la esquina superior, unos audífonos con creo jazz y un anillo dorado sobre el dedo anular permitieron una conversación fluida con ella. Respondí como es obvio mintiendo de porque estaba tan visiblemente molesto, conversamos y me dio ánimos, con esa sinceridad con que los buenos corazones que no conocen desgracias saben hacer, lo sé bien, un buen corazón con la desdicha se percude, por eso me hablaba dulcemente; en medio del viaje conversamos de lo más tonto, y nuestras ideas tan opuestas causaban gracia a ambos, tan jovial y yo tan melancólico, me dijo que (por lo que le hablé) que era muy perspicaz pero no en lo del anillo, no estaba ni como mucho comprometida; y me pregunto el nombre, no sé si también le mentí esa vez y me dio su nombre que de inmediato lo despaché a pesar de que me advirtió de que causaría risa y lo hizo, lo logre rescatar del olvido porque ese nombre era como el de Delgadina de “Memorias de mis putas tristes”, no diré el nombre acá porque ya está arriba, casi al inicio; conversamos…… algo que valoro es tener con quién conversar, no hay nada tan frustrante como estar siempre solo por que las conversaciones son aburridas y monótonas y todos absolutamente todos tratan de sacar a relucir con poca inteligencia sus particulares minúsculos y comunes logros en la vida, que si prometidas, que si casa, que si negocios, blah, blah, blah, también ella, pero la diferencia estaba en la sutileza, en la ausencia de pedantería en su voz, nada disonante a las pretensiones de alguien a quien se escucha como única. Un bonito viaje con alguien particular, ese tipo de gente, como las veces que estamos sobre un bello verde prado, con tanto pasto como gente conocemos, pero solo a veces y muy a veces encontramos gente que es como un árbol, grande que opaca al llano y ofrece descanso. Llegamos. Y ¡que bruto!!!! Me olvide de verle la cara, ¡que sonso!, como reconocerla, toda una pato aventura, que poco atento soy para observar al fin.
Terminó o creí que termino ahí, pues después de un tiempo, no estoy seguro de exactamente cuanto, esta vez de camino a la facultad, me encontré yo con un único puesto disponible, en realidad el otro asiento disponible estaba más atrás con un tipo bien parecido y en apariencia nada des confiable salvo por su delatora mirada de ser un amante estilo neo-greco: gay, no es que sea homofóbico pero el sujeto en cuestión me clavaba desde hacia días esas incomodas miradas que seguro los hombres hemos de saber hacer con las damas, pero note que el otro asiento vacío era al lado de una rubia preciosa, con unos cabellos crespos de oro, piel lozana y dorada, una boca pequeña con unos labios carnoso, gruesos, rojos, deliciosos, ojos negros y graciosos que me miraban fijamente como esperando devolver un saludo; ¿la conozco?.... ¡qué despistado que soy!....... y vino como la respuesta como una epifanía, o mejor dicho vi su tablero de arquitectura y note su casaca morada con cuadros suturados……..

lunes, 23 de agosto de 2010

sin deseo de seso, solo seseo.

el exceso de drogas, y demasiados videojuegos si dañan al cerebro.

asi que un pequeño exceso del que dice a los moralistas que se parecen a una puta que se conmociona ante un desnudo en un museo, creo que asi era...........

En una alcoba tibia donde, como en un invernáculo,
El aire es peligroso y fatal,
Donde los ramilletes moribundos en sus féretros de vidrio
Exhalan su suspiro final,



—Lejos del mundo burlón, lejos de la multitud impura,
Lejos de los magistrados curiosos,
Duerme en paz, duerme en paz, extraña criatura,
En tu tumba misteriosa;


chuck baudelaire

martes, 10 de agosto de 2010

Mi vida secreta.........

“No civilized man hesitates a pleasure, and an uncivilized man doesn´t never know what is a true placer” O. W.

“Ningún hombre civilizado deplora nunca un placer, y un hombre incivilizado no sabe
Jamás lo que es un placer”


esto esta tan mal escrito, que necesariamente debia publicarlo, no preocupation,ya mejorare....

Desde luego que negarse a un acto cualesquiera de placer mundano, me parece interesante, a veces nos negamos un acto cualquiera por el simple hecho de no estar previamente agendado, solo para ceder a uno de similares características más tardíamente; o le tememos a las consecuencias, no deseadas desde luego, achacables a nuestra conciencia, alojada en lo que neurológicamente se adscribe a una región basal del encéfalo y con una función espejo de lo que los antiguos moralistas tendían a llamar el reflejo de Dios en el alma.

Pero algo más profundo e interesante y también más al alcance del propio entendimiento que esto de lo moral es y siempre será las implicaciones morales propias; es decir solo aceptables, aplicables y también carentes de repudio cuando es nuestra propia perspectiva la que permite tal apreciación, es un hecho muy común permitirse el morboso placer de castigar raudamente un crimen ajeno(no asesinatos y cosas como esas realmente terribles), anatemizar por un creo yo, celo del placer que seguramente despierta encuentros como el que voy a relatar, yo no voy a intentar realizar un “par excellence análisis” de lo que es la moral, porque como ya he dicho, las consecuencias morales debidas a la conciencia son materia de mi propia apreciación, y aunque sé que relatar acá no es muy prudente por lo público y por la posibilidad de identificación, lo haré porque sé que dos de mis amigos que leen esto padecen de la socialmente despreciable hipersexualidad de un alter ego. Y porque los errores son comunes cuando una sola lupa es la que analiza un problema, la que por su propio poder yerra en la apreciación final de una ecuación porque obvia de un símbolo que desprecia y que trastoca el resultado, por eso fallo a lo anterior y permito si es que pido un simple comentario de lo que escribo.

Encontrándome en un lugar muy distante de mi actual localización, en un tiempo así mismo distante, o al menos en apariencia ya que mi extraviada memoria no puede recordar mas allá de lo que los humos etéreos del vicio me vedan, estaba en un lugar bastante bello, mas por ser enteramente “al natural” y donde los menesterosos caminos de tierra abiertos como si de un trazo divino se trataran eran casi una trocha en un frondoso pedazo de cielo verde y arbolado, un clima tropical, y con unas gentes que no abandonaban del todo sus atávicas costumbres. Lástima, el fascinante arte de las tzantzas aplicadas a una tía hubiera sido un digno trofeo de un curaca avezado en el arte de enfrentar arpías miserables y madres de desdicha, pero en fin….no había ahí nada de lo que pudiera llamarse civilizado salvo los horribles turistas, y yo era en ese momento uno de ellos y me permití el dudoso placer de la bebida durante casi todo ese día, a un lado de una de las entradas a un área de aguas termales en donde un trastocado por lo rápido de la construcción bungalow nos servía de refugio de la belleza para beber cervezas y donde barajas y amigos completaron la amena tarde, fueron el complemento hasta que hastiado de la diversión me refugié en la noche oscura y estrellada de los reflejos del agua….
Ahí el fondo de arena blanca plateada por la luna y que engañaba a la vista la negra divinidad recibió mi soledad; de inmediato el inmenso vacío lo envolvió todo, y el silencio permitió el recuerdo de mi amada,…..
Bueno casi porque olvidé en quien pensaba porque el ruido de alguien acercase y saludarme me despertó, como siempre huraño refunfuñe para mis adentros, ¡mierda!, no me importó que la mayor gracia de mi amiga su cuerpo bello desordenara las aguas, hola le respondí, y volví a tenderme sobre el agua, pero ni un melómano de música triste estaría inmutable ante lo que se presentaba ahí sola. Lo perfecto de la oscuridad me dejaba ver lo que el esfuerzo me permitiese e hizo lo que yo quería, que pareciese que las voces se pudiesen escuchar desde donde sea y sea necesario hablar en intimidad. Aunque una catarata sugería todo lo contrario.
De cinco pies y medio, piel blanca, la piel de sus veinte años y sus suculentos muslos apagaron la parte detestable de cualquiera: la conciencia, -hablo de la médica no de la moral- quizá ambas.
Y me dije a la mierda; los que me conocen saben que me aburro más rápido que Homero Simpson así que supongo me entretuve en acariciar su cuerpo mientras de algo hablaba, una serrana difícilmente sabe escoger ropa de baño así que era uno rojo de una sola pieza. Noté que me veía, pero mi, -por no racionalizar románticamente diré- misoginia no me permitió detectar en la tarde su interés en mi, por lo que su bien formado y lleno de estrógenos cuerpo rozando con el mío parecía una revelación. No deje que ningún lugar que la discreción permitiese escapara a mis caricias. Recordé a un viejo y moribundo demonio que me habitaba. Y luego esa especie de sensual mareo u obnubilación que provoca el placer, lo demás es por obvio que falta acá, pero continuo. Casi no nos dimos cuenta cuando se acercó otra de mis amistades, digo era de noche, y ella morena, alta y bien parecida, más alta que mi, solo se metió a la piscina a mi lado, y claro, era difícil que alguien se diera cuenta de lo que allí había pasado, estábamos agitados por lo que hablar me pareció algo delator y no sé si eso fue lo que hizo que se pusiera a hacer bromas sobre sexo, me di cuenta que mas delator que la agitación con que respondía fue nuestro silencio de sus chistes de sexo. Así que me recompuse y dije entre otras cosas: “Qué posición te gusta”, le pregunte, “la de perrito” me dijo riéndose, seguimos hablando. Le dije: “bailas muy bien, debe de ser porque tienes esas piernas tan ricas” Solo sonrió esta vez y empujó suavemente mi rostro. Más lascivo por la interrupción que por su condescendencia segui.
A**** sostenía mi mano izquierda contra su muslo por lo que mientras hablaba con K**** solo tenía una mano para acompañarla mientras jugaba con una especia de ramita y hacia dibujos sobre mi pecho, estuvo con nosotros mientras jugamos baraja en la tarde por lo que supe más o menos que tan bebida estaba; me pareció divertido posar mi nano sobre la cara interna del muslo de A**** mientras acariciaba la espalda baja de K****, el tono subido de los chistes e insinuaciones me hizo decir: “han tenido un beso triple?, démonos uno”, A***** dudó y casi no participo pero K, fue muy intencionada, al principio solo me bese con una y acaricie a la otra, hasta que todo se puso a tono. Y sí, una mini orgia en aguas termales es sabrosísima. Hay cosas que por razones obvias no pongo. Pero diré que al siguiente día me desperté con un dolor sordo en mi miembro y con el placer solo reposando en mi mente pues sentía un entumecimiento bárbaro ahí en el “little red rooster”. Ventajosamente se fue disipando. Por la mañana pasee con la una y por la tarde conversé mientras estábamos sentados en un pasillo de hotel con la otra. No nos dijimos nada de la noche anterior salvo miradas, besos, y caricias. El regreso de ese paseo fue muy discreto pues cada quien vino como se había ido: conversando o durmiendo.
Pero en el camino yo recordaba: “prefiero un festín con mis amigos que a la familia gigante”; y cuando se desvaneció esta frase recordé esa luna, y esa arena plateada, ese negro resplandor de la noche cuando se vive en constante dolor, recordé el vaivén del agua mansa y luego solo recordé el hastío, en el medio de estos había solo un vacio. Cuando llegue a mi ciudad me repetí con la tristeza del que representa un papel que odia: “soy un hombre inteligente, sensible pero con un alma de payaso que le obliga a cagarlo todo en el momento más preciso”. Y desde que me metí a esa agua más por soledad y desdicha hasta cuando escribo esto varios meses después, y durante, cuando percibía su cabello en otros cuerpos supe que el largo largo camino era para buscarla, lo único que hice fue aprender a seguir amándola, ahora ya no estoy triste, pero sé que estoy loco, y sé que soy malo.

…..“Los únicos artistas que he conocido y que eran personalmente deliciosos como artistas eran muy malos. Los buenos artistas existen únicamente en su producción y en consecuencia resultan faltos en sí mismos”……
…..”la vida es como una película, que recurre eternamente…… ……por lo que hay que hacer lo necesario para que no resulte aburrida”……
No hay filosofía acertada, solo hay gente que está de acuerdo en una idea.
Y al final: “Un libro no es en modo alguno moral o inmoral, solo hay libros bien o mal escritos.
A buen entendedor pocas indirectas.

El dia antes del viaje.....

¿De dónde salieron esas gentes?, antes casi no se percibía ruido alguno, ¿qué hacían a esa hora de la noche por ahí?, simplemente estaban junto a un basurero, o parecía simplemente una casualidad; una mirada más inquisidora revela todo: pepenadores; pero es una familia completa, digo al menos una numerosa congragación de individuos sombríos, no por lo negro que se divisa su misma vida que les circunda con un halo diametralmente opuesto a lo luminoso de los iconos cristianos de santos bellos, con la menor que no tendría la estatura de más de sus seis atrofiados años, y las dos mayores que por lo engañoso de sus ropas blancas raídas, que ya dejaban advertir corvas adolescentes, y que la necesaria mirada desviada para no mantener recuerdos que no son gratos no me permitieron saber exactamente cuántos años tenían, y esa bandada de niños, esos niños, todos morenos, todos pequeños casi minúsculos, todos correteando tras de otros con un trozo de basura en la mano en una escalinata de esas que sardónicamente llaman regeneradas, jugaban como perros sin un hueso, con esa hambre rabiosa y engañada, disimulada con el juego, con esa furia olvidada de los padres que algo hablaban y los miraban, sin nostalgia, sin esperanza.

- "¿Ellos rezarán o no, o por eso les irá mal?"
- "Por Perú hay unos niñitos indigentes que no tienen absolutamente nada, y vos vieras como creen en Dios, como le rezan, y cuando tienen alguito para comer le agradecen a Dios; ustedes están el cielo en comparación"
- "¿O sea que el tipo del auto Aveo que va por ahí, está en el más cielo?"
De ahí el silencio en el que se me llaman bruto, insensible.

Qué clase de corazón se debe tener para siendo omnipotente no hacer nada, quiero creer que es verdad que "Dios no ha muerto, que solo se mantiene al margen", pero yo soy a su imagen y semejanza y nada puedo reprocharle, porque, ¿qué clase de bruto escribe en vez de dar un pan?,¿ quién se atreve a sentirse mal por un cuadro innumerable y multiforme?, y ¿quién se preocupa por esos niñitos casi deformes?, ¿en que mejora su situación el sentirme única y mezquinamente mal?
Los lamentos son las monedas con que el mezquino paga al desdichado. Así como el olvido lo es del miserable.
¿Pero qué puedo hacer al respecto?, hasta llegar a una respuesta, llego más pronto a la esquina, y sé que se convertirá, en uno de esos cuadros del recuerdo, que ya nada importan, de esos que no sé si se siguen repitiendo, esos cuadros que todos hemos tenido y que necesariamente todos hemos perdido.
Pero al fin de cuentas quien es más miserable, quien mas ruin, quien el definitivo imbécil, ¿es el padre que se niega a pagar la renta porque no tiene un maldito peso?, y el muy imbécil no hace nada para mejorar la situación; sabe que sus hijos serán ebrios irremediables, los soldados que van a morir a guerras idiotas, la basura que nadie saluda, y las hijas que serán pobres putas con una vida nada romántica, y el padre idiota o idiotizado por una vida ingrata y que fulmina de inmediato toda esperanza solo los mira escarbar un montón de basura a esperar hallar ahí lo que la vida no les da y nada más.
Es el miserable el solitario sensible que hasta ahora se conmueve por tanto dolor callado, por tanto cuadro como ese que tantas veces habrá pasado, por innumerables fabricas de sueños con alas dóciles como garras de cuervos.
Es lo terrible de ese instante la madre que tiene esperanza absoluta y ciega en Dios o el Dios que todos dicen llega siempre tarde pero que nunca falla.
¿Quién el más miserable, el más mezquino?, es fácil la respuesta pero para mí dejo de tener ese cuadro importancia.

Una herida en emergencias

Los errores son comunes a todos, y aún a pesar de eso estoy profundamente convencido de que las más bellas creaciones devienen de vidas atormentadas.

¿Qué en que me baso?, faltaré a un viejo juramento que aún no hago: no violar la confidencialidad del paciente; pero ella me contó, hace ya cinco meses, en la sala de emergencias de un hospital, donde algunos pasillos son tan tenebrosos como los sueños infantiles de horror, con tuberías angostas y oscuras que llevan quizás a ningún lado, me contaba que casi la habían violado, cuando tenía cinco años, por su abuelo que la había criado; -bueno- le dije yo alejándome emocionalmente, se bien lo doloroso que son las vidas ajenas, dolorosamente simples en su tragedia, una frase resume su más grande pena, una canción apena su más grande alma y la envenena, pero no ella, no era solo una frase, era una colección de fábulas terribles de tragedia, de desdichas; mi histriónica facha me abandonaba y casi lloraba en esa sala donde seguro las almas penaban, lloraban por su vida injustamente terminada, por su sangre silenciosamente apagada, y así se presentaba una niña y su consulta simple de una vida lastimada: halitosis.

Las preguntas que tienen por objetivo desentrañar posibilidades patológicas enmarañaban el cuadro.

Vivía en las afueras de uno de los cantones satélites de una ciudad mediana, en una casucha abandonada de sus padres, donde nada, salvo ella habitaba y donde su abuelo llevaba comida podrida y también llevaba sus insinuaciones miserables, no había asistido a la escuela, por lo que su lenguaje y expresión no dejaron de desazogarme, -“¿recuerdas esto de acá?”; -“mi mama me había hecho caer de la cama cuando era chiquita”; respondió claro, simple, sin remordimientos, sin penas, como un papel memorizado, sin advertencias; se trataba de una deformación osteomuscular en su escápula izquierda.

Y continuaba con la misma

Me abandona la escansión, encontré un Hennessy entero……

No tenía más de 14 años, pensé -bonita fiesta rosada vas a tener,- pero no podía dejar de escuchar ese lenguaje tan articulado, elucubrado con fluidez, sobre algo que pasa, y nada más: su pena; divagaba mucho sobre su vida, con la paz y calma que uno encuentra en confesar la vida de uno con gente que nada importa porque simplemente no existe: están ahí y nada más, luego se van y dejan de vivir en mi para mí. Y así los secretos carecen de trascendencia.

Había vivido desde pequeña como sirvienta, vida de mierda pensé, por mas poética que se imagine esta vida solo imaginando es graciosa, solo un pícaro crearía al lazarillo de Tormes, y esta no tendrá aventuras ni siquiera certeras desventuras, solo la inmunda vida gris del que se apega y todo espera de su patrón: nada. A mi patrón Dios: salud.

Los sábados viajaba de regreso a su casa una hora en esos buses hediondos oscuros e incómodos, donde los angustiados y los que perdimos a Dios vamos a comer hongos, llegaba y le esperaba en frente tras la puerta tierra y oscuridad, un catre pulguiento: me imagino ese catre, de madera café, con innumerables hoyitos de polillas, con cartones limitando entre la madera y la estera, ¿y con qué se tapará?, el fogón estaba en la única y deducible minúscula habitación, calentaba ahí lo poco que le llegaba, y aguantaba las insinuaciones de su abuelo que le repetía, ya déjate, ya tas grandecita, solo la punta, a tu madre también le monte, si eres medio puta, soy mono de bragueta brava, y no solo palabras, las manos que tocaban, las nalgas, la concha. “-Una vez que yo le saque de ahí a puntapiés y con la escoba, volvió el sábado siguiente con el único arroz que hasta ahora me trae, uno con gusanos, asqueroso…. -silencio-…. no recuerdo haber vivido con una sonrisa que no sea de complacencia, quisiera huir, correr a donde no haya más que solo mi vida, a terminar de vivir para regresar muerta, para una vez muerta poder seguir viviendo esta vida que me asesina”.

Yo seguí con el examen físico mientras ella me hablaba, me confesaba de nada, que no amaba, -¿quien se acerca a alguien roto?- Me volvió a preguntar como si yo estuviese ahí, yo tampoco sé, respondí callado, y pensé quien desearía ese pequeño cuerpito moreno sin sensualidad, bajito, delgado, sin insinuaciones de femineidad, donde varios puntos dolían somáticamente o quien sabe porque dolían, ese día atrapado con esa persona inhabilito mi razón, y confiar que el adormilado de mi compañero lo dedujera era pedir demasiado.

Lancé algunos diagnósticos, atolondrado, viendo al infinito, sabiendo que no acertaba ninguno, de pronto paso la ronda, mecánicamente resumió: una niñita con diagnostico de infección de vías respiratorias, pensé en bronquiectasia, varias cosas me lo sugerían, pero ellos no dijeron nada mas al respecto, tratamiento con macrólidos y otros antibióticos de amplio espectro (hasta que no me paguen no hare propaganda) y será derivada, -más bien devorada por la vida- a un refugio infantil.

Ese punto fue también el mío, salí, ya no como el primer día muy triste, ya desarrolle inmunidad contra la mierda de la vida.

¿La más bella creación?, ella, un prototipo no producido en masa, una inequidad entre lucidez y belleza física, una lucha por convertir en comedia esa tragedia, esa infausta escena que debimos espectar, sabemos de ella el fin: en la vida no hay magia, salvo la que creamos, y yo deje escapar esa carta. Espero que ella no cometa demasiados errores……..

Hay tantos dolores multiformes y más intensos en la vida, que sobrecogen cuando los presenciamos y no negamos la cara para no terminar como la niña deformes por la vida, pero nos empeñamos en creer que nuestra minúscula vida es de pena infinita, de ese modo nosotros somos los poéticos, los héroes doloridos, los cantantes apesumbrados de canciones cadentes y tristes, no nos falta gran cosa para ser felices más que valor, por tanto el castigo de la cobardía es ser infelices, esa niña necesitara más que solo valor, también una mano, mi mano es esta maraña de recuerdos, el resto, el valor que se necesita lo buscamos ambos.

Al doctor Trépano, tu eres otro ejemplo de “la magia de la decepción”, te tocara revivir estos cuadros, trata de que esté presente el Dr. Nietzsche.

La vida es una película……………